Mensajes de diversas orígenes

 

sábado, 17 de agosto de 2024

Sombrerito Era Un Ángel, Pero No Sabía Que Era Un Ángel

Mensaje de la Santísima Virgen María y Juan «Sombrerito» al Grupo de Amor de la Santísima Trinidad en la Gruta «Santísima María del Puente» - Partinico, Palermo, Italia el 17 de agosto de 2024

 

Santa Virgen María

Hijos míos, soy la Inmaculada Concepción, soy Aquella que dio a luz al Verbo, soy la madre de Jesús y vuestra madre. Siempre me presento así, porque representa la voluntad de Dios Padre Todopoderoso, nada es imposible para Él, Él creó y diseñó todo mucho antes de que sucedieran las cosas, Él siempre tiene la respuesta y la explicación a todo, Él es el Creador de todas las criaturas, el Creador de la naturaleza, nada escapa a Sus ojos, nada puede impedir Su voluntad.

Hijos míos, he descendido con gran poder junto con Mi Hijo Jesús y Dios Padre Todopoderoso, la Santísima Trinidad está aquí en medio de vosotros. Hoy hay una presencia muy fuerte del Arcángel Uriel, que cubre la cueva, el camino, el puente, el río y todo lo que ha sido bendecido por la Santísima Trinidad . Este lugar ha sido elegido desde tiempos inmemoriales, Mi Estatua ha estado aquí muchos siglos, los signos, las confirmaciones que tendrá el mundo serán grandes, para que esta verdad triunfe, Mi Estatua que fue construida por la Comunidad Bautizadora en la antigüedad, la comunidad que marchó hacia la salvación transmitiendo la oración, la fe en Mi Hijo Jesús, oraban noche y día y donde quiera que estuvieran, cuando salía el sol se detenían y recordaban las palabras de Mi Hijo Jesús , partiendo el pan y bebiendo el vino. La comunidad estaba guiada por el Espíritu Santo, los Arcángeles protegían todo lo que poseían, porque lo utilizaban todo para alabar a Dios Padre Todopoderoso. Ellos, cuando terminaron la estatua, pidieron al Espíritu Santo que la protegiera siempre, hasta el fin de los tiempos, los anunciados por Mi Hijo Jesús, y cuando intentaron destruirla, el Arcángel Miguel la trajo aquí milagrosamente.

Esta cueva sufrió muchas transformaciones, después de que se inundara, aquí hubo una señal muy grande del cielo, el sol se reflejaba en la cueva y en todo el camino, su calor era cinco veces más fuerte, hasta el punto de que nadie podía pasar por aquí, esto sirvió para secar la cueva para que fuera inquebrantable.

En los tiempos que vivió aquí Mi hijo Juan Sombrerito, esta cueva se hizo muy especial, mucha gente recorría el camino para escuchar el coro de los Ángeles, Sombrerito amaba esta cueva sin saber su importancia, era su hogar, su rebaño, su pequeño rebaño era todo lo que tenía, porque se quedó solo cuando Sus padres dejaron este mundo, tenía mucho miedo, era pequeño pero mucha gente le quería, mostraba alegría cuando saludaba, siempre sonreía, luego vino aquí y se entristeció. Guardaba la ropa de su papá, y un día junto al río se la llevó, porque echaba de menos a su papá, ese día tenía mucho frío, temblaba porque el cielo estaba lleno de nubes, cerró los ojos y le envolvió un calor que le quemaba la piel.

Pensó que estaba soñando, no podía abrir los ojos, pero cuando los abrió vio el sol reflejándose en el vestido de su papi, y desde entonces llamó a papi el sol, ya no se sentía solo, sino que comprendió que su papi siempre estaba a su lado.

Sombrerito era un Ángel, pero no sabía que era un Ángel, un Ángel que servirá al mundo con su extraordinaria historia, que pertenece a esta cueva.

Él también quiere hablar contigo para contarte cómo aquel día, bajó al río y se arrodilló.

Juan Sombrerito

Me arrodillé ante los arcos del puente, estaba triste porque me sentía solo, tenía entre mis brazos la ropa de Mi papá que guardaba, estaba llorando y de repente un rayo de sol iluminó el vestido, era una luz diferente, una luz especial, sentí el calor de Mi papá. Desde ese momento Mi corazón empezó a regocijarse, estaba segura de que Mi Padre no me abandonaría nunca más a través de la luz del sol, que iluminaba cada día toda la Creación. Me levanté y corrí hacia aquí cantando y bailando de la inmensa alegría, repetía mirando al sol, contigo todo es más hermoso. La alegría de aquel calor Me envolvía.

Santa Virgen María

Cuando Sombrerito llegó aquí a la Cueva, se acordó de que había olvidado sus ropas junto al río a causa de la gran alegría, y al volver las encontró justo en la Cueva, y desde ese momento decidió ponérselas a pesar de que eran más grandes que Él.

Hijos míos, cuando el libro esté terminado todo se pondrá en su sitio, y cuando se lea tendréis muchas señales, veréis lo que leéis.

Hijos míos, esta paz que os rodea no es de este mundo, el Arcángel Uriel inflama y quema todo lo que ofende a la Ss. Trinidad, cerrad los ojos, veréis una luz, es el fuego que acompaña al Arcángel Uriel, pedidle que aleje quemando todo pensamiento que os lleve a la tentación, sentiréis un calor en la cabeza en el momento en que se os responda, esta será la señal, orad con el corazón hijos míos, porque sólo la oración recitada con el corazón puede ser respondida.

Os amo, por eso deseo daros siempre las alegrías, consolar vuestros corazones, ayudaros a alejar el mal, perseverad en seguir esta historia que pronto se completará, incluso lo que hemos revelado hoy debe ser recordado en el libro.

Hijos míos, ahora debo dejaros, Juan desea haceros una invitación a todos antes de partir Conmigo.

Juan Sombrerito

Hermanos, hermanas, os invito a perseverar, contad a todo el mundo esta historia, es toda la verdad, creedla con humildad, será más fácil traer aquí a muchas almas, para que María con Su amor pueda curarlas y darles inmensas alegrías. Gracias, te quiero.

Santísima Virgen María

Os bendigo a todos Mis hijos, en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.

Shalom. Paz hijos Míos.

Origen: ➥ GruppoDellAmoreDellaSSTrinita.it

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